lunes, 4 de abril de 2011

C.A Osasuna 2 - 3 Atlético de Madrid (03/04/11)

Derrape de los que más duelen

Los fallos condenan a un equipo y si estamos hablando de un club modesto como el Osasuna, más aún. El equipo rojillo encaraba el partido ilusionado con conseguir la cuarta victoria consecutiva para dar un golpe de autoridad y alejarse de los puestos de descenso. El Atlético, por su parte, se presentaba al Reyno sin su estrella, el Kun, y a intentar sumar para acercarse a los puestos de Europa.

El Reyno de Navarra, presentaba una entrada notable (15.686) para ser un Domingo a las 21h y puediéndolo ver por Canal+. Además, la noche lluviosa y fría, más propia de invierno, no invitaba a bajar al viejo Sadar. Pese a todo lo anterior, la actuación de la grada fue digna de las grandes noches, animando al equipo y muy metida en el partido.
Antes de comenzar el encuentro, el seguidor osasunista se frotaba los ojos al no ver en el once inicial al delantero uruguayo Diego Forlán y viendo a otro Diego, Costa, que a la postre sería el invitado sorpresa a un Reyno hasta ahora inexpugnable donde sólo había conseguido los tres puntos el F.C. Barcelona. Asimismo, se hacía extraño divisar a Juanfran con la elástica rival.

Los primeros minutos de la contienda, fueron un fiel reflejo de la noche pamplonesa, donde los dos equipos esperaban a coger temperatura, como un motor diésel, y sin arriesgar mucho en los pases, pues un descuido provocado por la rapidez del terreno de juego, podía ser mortal.

Al cuarto de hora, Osasuna enseñó sus garras con una triple ocasión de Soriano que se topó con De Gea, muy seguro toda la noche. A partir de este momento, el cuadro diriguido por Mendilíbar inclinó la balanza a su favor y puso contra las cuerdas a los madrileños en varios momentos, sobretodo de la mano de Soriano que falló lo que no está escrito a los treinta minutos. 

Osasuna estaba perdonando la vida al Atlético hasta que llegó el delantero cascantino, quién sino, y enchufó un pase raso de Cejudo para fusilar la meta de De Gea y poner el 1-0 en el luminoso. Era el momento de la grada y al cántico de "Camacho, mira y aprende", Osasuna jugó los mejores minutos desde la era Aguirre.

Pero ya se sabe que la alegría dura poco en casa del pobre y al filo del descanso Diego Costa ponía el empate tras impecable pase de Juanfran a las espaldas de sus antiguos compañeros. El Reyno se quedaba helado pues el marcador no reflejaba el juego ofrecido por ambos equipos en los primeros 45 minutos, donde los rojillos puedieron sentenciar el partido.

La segunda mitad comenzó con el mismo patrón que la primera y ya en el minuto siete, Soriano (de nuevo) puso en aprietos a De Gea con un tremendo cabezazo tras falta botada por Puñal. Osasuna no se conformaba con el empate. Pero el fútbol no entiende de merecimientos y minutos más tarde, un fallo del capitán rojillo en la creación del juego fue suficiente para que Diego Costa diera la vuelta al marcador, 1-2.

No contentos con esto, y dos minutos más tarde, un nuevo error de Lolo en la salida del balón propició el tercero para Diego Costa en su cuenta particular. Sino hubiera sido por el cabezazo de Soriano, nos hubieramos creído si nos dicen que Osasuna seguía en los vestuarios. Mendilíbar no aguardó un minuto más y dio entrada a Vadócz por Puñal. El de Huarte, estaba totalmente diluído en esta segunda mitad y tras el fallo garrafal que propició el 1-2, el míster vio conveniente el cambio.

El partido había dado un vuelco inesperado y entró en una fase loca, en la que podía pasar cualquier cosa, desde la goleada atlética hasta el empate rojillo. Un nuevo fallo de la defensa osasunista (¿cuántos vamos?) y una decisión errónea del colegiado al pitar penalty una falta de Monreal fuera del área, pudieron agrandar la renta para los atléticos, pero como los penaltys que no son se fallan...Reyes lo falló, o mejor dicho, Ricardo adivinó el lanzamiento.

Esta parada prendió los ánimos de la parroquia rojilla que veían posible una remontada. Osasuna notó ese aire enseguida y tras la salida de Masoud por Soriano, se vino arriba a falta de un cuarto de hora. Un gol pronto, metía el miedo a los rojiblancos, hoy de azul.

Una falta al borde del área a favor de Osasuna, provocó que el partido tomara un nuevo rumbo. Thiago, incrustado en la barrera sacó inocentemente la mano de paseo y el árbitro señaló los once metros. Penalty para Osasuna y...expulsión del portugués por doble amarilla! Neko, pichichi rojillo, se encargó de transformarlo y poner el 2-3 en el luminoso. Hay partido!!!

Quique Sánchez Flores movió ficha y dio entrada a Koke por Juanfran. La grada se ponía en pie y con una ovación ensordecedora despedía al de Crevillente, dueño de la banda derecha rojilla hasta el mercado invernal.

Era el momento de echarse arriba y buscar el gol del empate con un hombre más. Pero Sergio pecó de ingenuidad pese a su veteranía, al propinar un codazo a Diego Costa, con el que había tenido varios rifirafes durante todo el partido. Fernández Borbalán no lo dudó y expulsó al central con roja directa.

Tocaba apelar a la heroica que pareció posible tras los cuatro minutos de descuento. Tiempo suficiente para que Camuñas rozara el palo con su disparo y dejara con la miel en los labios al respetable. Era el último cartucho y el partido murió con Osasuna a punto de llegar a la costa, desvanecido en su intento.

Así pues, se acababa la racha triunfal del técnico de Zaldívar y Osasuna había pagado muy caro sus errores en la creación del juego, pero como dijo Mendilíbar "sino arriesgas no ganas". Al mismo tiempo, quiso mandar un recadito en la sala de prensa al árbitro, por su "brillante" actuación con errores de bulto que perjudicaron a ambos conjuntos, sobretodo al rojillo.

Diego Costa con su hat trick se convirtió en el protagonista inesperado pese a que ese no era su papel. Foto: Marca

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