miércoles, 21 de septiembre de 2011

Osasuna 0 - 0 Sevilla

Vuelve Osasuna, aunque sin pólvora”

Tras las dolorosa e histórica goleada del Barcelona a Osasuna (8-0) hacía apenas dos días en el Camp Nou, los rojillos tenían una oportunidad de oro para dar carpetazo al pasado y reencontrarse con la afición. Así es el fútbol, puedes pasar de héroe a villano en apenas horas.

Pese a ser un día laborable, la afición demostró que estaba con Osasuna y el Reyno de Navarra registró una muy buena entrada (14.903 espectadores). Se notaba que había ganas de ver si los pupilos de Mendilibar, habían recuperado una de sus señas de identidad perdidas en el anterior partido, la garra.

El rival no era el más propicio. Visitaba el Reyno de Navarra el Sevilla Fútbol Club, dirigido por Marcelino García Toral. El equipo hispalense estaba invicto en Liga, con dos victorias y un empate, y con un Álvaro Negredo enrachado. Por si fuera poco, el plantel que presentaban los sevillistas era de auténtico lujo: Jesús Navas, Kanoute, Manu del Moral, Trochowski...

José Luis Mendilibar, realizó varios cambios respecto al encuentro contra el Barça y repitió el mismo once que ganó al Sporting en el partido inaugural en el viejo Sadar. Así, formó con: Andrés Fernández, Marc Bertrán, Rubén, Roversio, Raitala; Puñal, Lolo; Cejudo, Lamah; Nino y Sola

Con el típico Vals de Astrain dio comienzo la batalla. Tras unos primeros compases de tanteo, Osasuna se puso el mono de trabajo y las huestes rojillas empezaron a acosar al rival, entrando peligrosamente por las bandas de Cejudo y Lamah.

De estos dos jugadores, fueron las primeras ocasiones del partido. Primero, el de Puente Genil, con un tiro que se marchó llorando el palo izquierdo; y después Lamah, tras una soberbia falta y donde Javi Varas tuvo que emplearse a fondo para enviar a córner. Se olía el gol y el público, ya metido en el partido, empezó a animar a los rojillos.

Mientras tanto, el Sevilla parecía seguir en el túnel de vestuarios y sólo inquietó tras un tiro lejano de Navas, precedido por un error del portero local Andrés Fernández.

Tras un inicio fulgurante, el partido fue perdiendo ritmo debido a las continuas interrupciones producidas por las numerosas faltas realizadas. De este modo, sin comerlo ni beberlo, se llegó al descanso con cero cero en el marcador.

El comienzo de la segunda parte fue idéntico al primero, con un Osasuna buscando el gol y el Sevilla agazapado atrás en busca de alguna contra. El conjunto hispalense, casi logra su objetivo de no ser porque un tiro de Navas se marchó rozando el poste. La grada enmudeció.

Tras un carrusel de cambios por parte de ambos conjuntos, se llegó a los últimos quince minutos con todo por decidir. Fue entonces cuando se produjo la jugada que marcó el partido. El sevillista Perotti toca el balón con la mano dentro del área tras un córner botado por Osasuna pero el colegiado no señala penalty. La mano fue clamorosa, toda la grada la vio, excepto el que tenía que verla. Los pañuelos blancos tomaban el Reyno.

Osasuna, lejos de amilanarse, siguió asediando el área de Javi Varas. Tanto Nino como Lamah, en dos ocasiones, pudieron cambiar el signo del encuentro, pero finalmente el destino quiso que el partido acabara con cero cero en el luminoso.

El conjunto de Mendilibar mereció la victoria, pero gracias al colegiado, sólo se sumó un punto. Lo positivo fue que el equipo recuperó sus señas de identidad y así lo reconoció la grada que despidió a los rojillos con una gran ovación. Ovación que se convirtió en una sonora pitada cuando el trío arbitral enfiló el túnel de vestuarios.

Con este empate, Osasuna suma cinco puntos sobre doce, muy buen botín si consideramos que ha jugado contra equipos como el Atlético de Madrid, Barcelona o el propio Sevilla.