sábado, 1 de octubre de 2011

Osasuna 2 - 2 Mallorca

"Mucha emoción, poco fútbol"

Empate y gracias. Osasuna volvió a decepcionar totalmente a su afición en un partido gris y que Raúl García salvó en sendos testarazos.

Parecía que la visita del Mallorca ya significaba una victoria clara de Osasuna y sumar otros tres puntos directamente, casi sin saltar al césped. El club bermellón visitaba el Reyno en su peor momento, sumidos en una Guerra Civil y sin técnico tras la marcha in extremis de Laudrup.

Además, la veraniega tarde pamplonesa, 28º, acompañaba a bajar al viejo Sadar que registró una buena entrada (14.905 espectadores). Por si había pocos alicientes, a una hora de que comenzase el duelo, un buitre se posó en uno de los balcones junto al estadio. Destacar también la presencia de varios medios de comunicación japoneses presentes en las cabinas del estadio para seguir al jugador nipón Aki. Eran las notas graciosas de una tarde que se volvería en contra enseguida.

En cuanto a las alineaciones, Mendilibar apostó por su once de gala con Andrés Fernández; Marc Bertrán, Rubén, Miguel Flaño, Raitala; Cejudo, Puñal, Raúl García, Lamah; Nino y Sola. Destacar la presencia de cinco jugadores procedentes de la cantera en el once titular.

El encuentro comenzó con puntualidad suiza, a las 18 horas, pero ninguno de los dos equipos hizo acto de presencia hasta bien entrado el partido. Los primeros minutos fueron soporíferos y no hubo ni rastro de esa salida en tromba que tan acostumbrados estamos en los partidos en casa.

El primer tiro a puerta, obra del mallorquinista Nsue, fue a los 30 minutos. Esta ocasión visitante consiguió despertar a Osasuna que probó a Aouate con disparos de Lamah y Nino. Cuando los rojillos parecía que se habían hecho con las riendas del partido, un absurdo penalti de Miguel Flaño sirvió para que Hemed pusiera el 0-1. Tocaba remar a contracorriente.

El gol lejos de servir como inyección de nervio, no provocó ninguna reacción a Osasuna, que siguio adormilado. Ante esta pasividad, Mendilibar movió ficha y sacó a Nekounam en detrimento de Raitala. Otra vez señalaba al joven finlandés que no está gustando al técnico de Zaldívar.

Y el fútbol es así de injusto que en el tiempo de descuento, Raúl García puso el empate tras cabecear un córner botado por Cejudo. Osasuna empataba sin merecerlo y tras una primera parte horrible.

El paso por vestuarios no cambió nada el devenir del encuentro y ambos equipos siguieron deambulando por el campo sin rumbo fijo. Casi sin quererlo y en una jugada idéntica, Osasuna se puso por delante con un nuevo testarazo del zizurtarra Raúl García. Corría la hora de partido y el marcador reflejaba un increíble 2-1.

A partir de ese momento comenzó un nuevo partido. Osasuna empezó a jugar al fútbol y se vieron los mejores minutos rojillos en todo el partido. Además, la tarjeta roja mostrada a Nsue llenó de felicidad a la grada que veía como tras una espantosa primera parte, el partido estaba casi cerrado.

Pero lejos de la realidad, Osasuna lo vio tan fácil que cayó en el conformismo. Corría el minuto 80 cuando un discutido penalti a favor del Mallorca, sirvió para que Hemed pondría el empate en el marcador. De nuevo los rojillos habían caído en su propia trampa.

En los minutos finales Osasuna lo siguió intentando con balones aéreos, pero el partido iba agonizando y los rojillos no creaban ninguna ocasión de peligro. Finalmente, el colegiado decretó el final del partido. Un partido que había sido una montaña rusa de emociones y que acabó con un agridulce empate.

Toca parón liguero por compromisos internacionales. Un buen momento para pulir esos fallos y encarar el siguiente encuentro con ánimos renovados tras varios flojos partidos. La siguiente plaza, San Mamés. ¿Y por qué no dar el campanazo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario