ALERTA ROJA
El Zaragoza se impuso a un flojo
Osasuna que sigue sin conocer la victoria. Hélder Postiga adelantó
a los maños, Armenteros igualó el partido pero un autogol de Timor
y Apoño, de penalti, consumaron una nueva derrota rojilla.
La situación está empezando a ser
límite y Osasuna debe espabilar si no quiere hundirse en el pozo. El
escenario era inmejorable para conseguir la primera victoria, ya que
los rojillos llevaban varias temporadas puntuando en La Romareda.
Además el rival, un enemigo íntimo, era la víctima perfecta.
Todo parecía sacado de un cuento de
hadas hasta que, en el minuto cuatro, Hélder Postiga batió a Andrés
Fernández en un error defensivo de los de Mendilibar. El cuento se
convirtió en pesadilla y los locales camparon a sus anchas ante un
Osasuna sin rumbo y que no dio señales de vida hasta bien entrada la
primera mitad.
Se llegaba al minuto 30 cuando
Armenteros, tras una gran jugada personal, aprovechó un despiste de
la zaga maña para empatar el partido. Los navarros habían
despertado y tanto Timor como Cejudo pudieron darle la vuelta al
marcador. Pero el arreón de Osasuna no fue más que un espejismo y
Timor, en una acción desgraciada, coló el balón en su propia
portería. Casi sin querer, el Zaragoza se fue a vestuarios con
ventaja en el marcador en una primera parte con poco fútbol pero con
tres goles.
El inicio del segundo asalto fue
soporífero. El Real Zaragoza estaba bien plantado atrás y esperaba
los blandos ataques de Osasuna para hacer daño a la contra.
Mendilibar no le gustaba lo que estaba viendo y movió ficha rápido.
Nino era el hombre elegido que salió sustituyendo a Nano.
El partido avanzaba sin mucho argumento
hasta que un absurdo penalti de Raoul Loé sobre Movilla acabó con
toda esperanza visitante. Apoño, un especialista desde los once
metros, ponía el 3-1 a falta de 20 minutos para el final.
El último tramo fue un querer y no
poder de Osasuna que dejó en evidencia su falta de puntería. Kike
Sola, por partida doble y Nino pudieron recortar distancias y
mostraron que, pese a la victoria, el Zaragoza no es nada fiable en
defensa.
Los maños conseguían un importante
triunfo y dejaban a sus vecinos con un pésimo balance de un punto
sobre 15 posibles. La próxima semana visita el Reyno el Levante en
un partido que debe ser considerado como una final en Pamplona.
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