El ariete serbio fue un incordio en todo momento. |
Los rojillos salieron con fuerza desde el principio y para el minuto 5, Lekic y Miguel Flaño ya habían enseñado las garras al meta Moreau. El gol no tardó en llegar y un buen centro de Cejudo fue cabeceado de forma perfecta por Lekic al fondo de las mallas. Osasuna obtenía un justo premio a su juego.
Pero como dice el refrán, la alegría dura poco en casa del pobre, y 3 minutos después del gol, Nadarevic puso el empate tras culminar un contragolpe. Minuto 25 y vuelta a empezar para los rojillos, ayer de blanco.
Osasuna acusó el asfixiante calor de la tarde de ayer y se fue diluyendo como un azucarillo. Pudo ir perdiendo al descanso pero la zaga rojilla se aplicó con intensidad y con el empate se llegó al descanso.
Los pupilos de Mendilíbar cargaron las pilas y de nuevo salieron más entonados en la segunda mitad. Bertrán, Flaño y Annunziata inquietaron el portal de Moreau, pero sin conseguir premio alguno.
En el tramo final salió Ibrahima que junto a Nino y Lekic, formaron la delantera. Artillería pura para intentar vencer al recién ascendido a la Serie B. Los resultados se vieron pronto, con dos cabezazos de Lekic que obligaron a lucirse al meta local.
Las ocasiones se sucedían pero no fue hasta el minuto 86 cuando el chaval Annunziata desequilibró el marcador con un soberbio golazo por toda la escuadra. Así se llegó al final, nueva victoria y la máquina rojilla sigue progresando adecuadamente.
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